Cual bello poema, puedo escribir
cuando de un capullo…
nace la crisálida para formar una
mariposas de colores cristalinos.
Como perdurando en el tiempo
al candor, del resplandor del sol
en un vuelo casi musical.
Como pequeños abanicos, de lienzos
sobre olas de nostalgia en el aire
vagabundas almas blancas, cual copos de
nieve,
envueltas en el azul del cielo te ofrecen su belleza.
Revoloteando en las pradera
acarician la vida en un sutil abrazo a
la luna
con fragancia a pinos, prófugas del
néctar
de las rosa, como deteniendo el tiempo.
Se las ve viajar a las nubes
donde quieren ocultar su soledad.
será el cielo; El culpable de tanta
belleza
talvez sea el brillo del sol, el
creador de tus colores.
Que sorprenden los rosales al verles
volar
entre suspiros cristalino y chispas
brillantes.
Iluminan el fuelle, agitando sus alitas
en el silencio y la magia a un
tembloroso corazón.
Vuelan y sueñan; Frente al amor
que inventan, para deslumbrar la tierra
posadas en las ramas de las flores
se desplazan acariciando la vida.
Y los versos que las nombran
quisiera construir un ramo,
con flores de mis sueños
como perdonando los suspiros en el aire.
Hasta los misterios del alma, y la vida
que las abraza con la dulzura de la miel
en el reino de las eternas mariposa
cantan y vuelan esmaltando,
el aire con sublimes colores.
Tangencial
al bello de luces,
donde fecunda las nostalgia
de volver a soñar al cantor del
ruiseñor
sobre la luz de la luna, mientras
van contemplando un amanecer,
como prófugas del alba.
Autora: Alejandra Martínez
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